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Exingeniero de la CIA fue condenado por compartir información y herramientas con WikiLeaks

El miércoles, un jurado en Nueva York condenó al ex ingeniero de la Agencia Central de Inteligencia Joshua Schulte por los nueve cargos que enfrentó. Esto es resultado de la filtración más grande en la historia de la agencia. Llamada Vault 7, los archivos y la información compartidos por WikiLeaks en 2017 expusieron un tesoro de tácticas y exploits. Estos fueron usados por la CIA usó para hackear las computadoras, iPhones o teléfonos Android de sus objetivos, e incluso los televisores inteligentes Samsung.

La portavoz de la CIA, Tammy Thorp, dijo en una declaración:

“El veredicto de hoy afirma que mantener la seguridad de las capacidades cibernéticas de nuestra nación es de suma importancia. Es fundamental para la seguridad del pueblo estadounidense y es fundamental para nuestra ventaja contra los adversarios en el extranjero. Como se establece en el juicio, las divulgaciones no autorizadas no solo ponen en peligro al personal y las operaciones de los Estados Unidos, sino que también equipan a nuestros adversarios con herramientas e información para hacernos daño”.

Schulte fue arrestado en 2018, inicialmente acusado de posesión de pornografía infantil y ha estado en la cárcel desde entonces.

La información detalla que la Operations Support Branch (OSB), donde Schulte trabajó, construyó herramientas de hacking al convertir rápidamente prototipos en vulnerabilidades reales. Estas podrían monitorear o robar información de los dispositivos de la persona objetivo. Los reportes indican que los investigadores obtuvieron evidencia contra Schulte a través de sus propios fallos en la seguridad personal. Por ejemplo, almacenar contraseñas en su teléfono que podrían usarse para acceder a su almacenamiento cifrado.

La filtración

Los informes también abordan los problemas que tuvieron los investigadores para obtener los documentos de Vault 7. Los documentos permanecieron clasificados a pesar de que se filtraron y estuvieron disponibles públicamente en Internet. Esto llevó a los funcionarios del FBI a descargar el caché a través del Wi-Fi en un Starbucks a una computadora portátil recién comprada que inmediatamente se convirtió oficialmente en clasificada, almacenada en la oficina de un supervisor y solo accesible con autorización de alto secreto.

Posteriormente se presentaron cargos adicionales que lo acusaban directamente de robar información clasificada de defensa nacional y enviarla a WikiLeaks. En 2020, el primer intento del gobierno de enjuiciar a Schulte terminó en un juicio nulo cuando un jurado lo condenó por desacato a los cargos judiciales y por mentir a los investigadores del FBI, pero no pudo ponerse de acuerdo sobre el resto.

Eso estimuló el segundo juicio que acaba de terminar, donde Schulte optó por representarse a sí mismo. Los cargos por los que fue condenado están específicamente relacionados con la recopilación, el robo y la transmisión de información clasificada y la obstrucción de la justicia por mentir a los investigadores al respecto. Aún no ha sido sentenciado, a la espera de que se resuelvan los otros cargos que aún enfrenta por posesión y transporte de pornografía infantil.

The Associated Press informó que los fiscales argumentaron que después de sentirse ignorado y faltado al respeto por sus quejas sobre el ambiente de trabajo, Schulte se vengó de la CIA al robar y filtrar los mismos exploits en los que él había sido parte de la creación. 

Defensa

En su defensa, Schulte argumentó sin éxito que estaba siendo utilizado como chivo expiatorio por la incapacidad del gobierno para proteger las peligrosas herramientas de hacking. Hay alguna evidencia para apoyar ese argumento, como The Washington Post informó en 2020 que una investigación interna realizada por el grupo de trabajo WikiLeaks de la CIA encontró que la seguridad en la unidad era “lamentablemente laxa”. Por ejemplo, los usuarios compartían contraseñas de nivel de administrador y había una falta de controles sobre el acceso a datos históricos o el uso de memorias USB extraíbles. Y,  esto fue años después de las filtraciones de Snowden. Schulte afirmó que no se estableció un motivo razonable y que cientos de personas tenían acceso a la información que podría haber estado detrás de las filtraciones.

En un comunicado emitido después del veredicto, el Fiscal Federal para el Distrito Sur de Nueva York, Damian Williams, dijo:

“Cuando Schulte comenzó a albergar resentimiento hacia la CIA, recopiló de manera encubierta esas herramientas y se las proporcionó a WikiLeaks. Esto dió a conocer al público algunas de nuestras herramientas de inteligencia más críticas y, por lo tanto, a nuestros adversarios. Su declaración finalizó diciendo: “Schulte ha sido condenado por uno de los actos de espionaje más descarados y dañinos en la historia de Estados Unidos”.

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